La música es fundamental para el desarrollo cognitivo de los niños, incluso desde antes de nacer, ya que el feto es capaz de escuchar sonidos desde aproximadamente la décima semana de formación, beneficiando el ritmo cardíaco y actividad cerebral, a la vez que fortaleciendo su bienestar y el vínculo entre madre e hijo. A partir de nacimiento los niños siguen disfrutando de la música, produciendo en ellos diversas sensaciones y estados como calma, alegría o entusiasmo. La música está considerada como uno de los elementos que causa más placer en la vida, libera dopamina. Las personas cantan y bailan en todas las culturas desde todos los tiempos, es un lenguaje universal que no entiende de lugares ni de edades.
Un aprendizaje musical resulta vital para el desarrollo cognitivo, ya que favorece:
· la atención, concentración y memoria
· resolución de problemas y razonamiento mental
· expresión de sentimientos y canalización emocional
· estimulación sensorial
· La creatividad
· el desarrollo de la autoestima
· las habilidades sociales promoviendo relaciones en el entorno
· la agilidad en el procesamiento de la información.
Está claro que para los niños la música es tan importante para su desarrollo como el oxígeno para los pulmones. La música forma parte esencia de la vida de los seres humanos. Es más, las personas ancianas que van perdiendo facultades y memoria siguen respondiendo a melodías y conectando emocionalmente pudiendo acceder a determinados recuerdos. También las personas don daño cerebral pueden favorecer la neuroplasticidad con esta poderosa herramienta que es la música, estimulando distintas partes del cerebro y potenciando sus conexiones.
Además, aprender a tocar un instrumento, a cualquier edad, es uno de los retos más fantásticos e ilusionantes, la música es un arte, pero también un lenguaje, pura matemática. Todo ello favorece la neuroplasticidad cerebral, el cerebro se vuelve más ágil, colaborador y animado a cualquier edad, ya que amplía la visión del mundo, de los sonidos, de la comunicación, de la sociabilidad.
En fin, la música es terapéutica y sanadora, nos lleva a diversos estados, nos acompaña bien en soledad o en compañía, no traslada a otras épocas, nos relata nuestra vida, nos relaciona con otros seres humanos y lugares, nos señala etapas vitales, nos permite crecer, conocer, aprender, desarrollarnos, innovar. Nos mantiene el cerebro en forma. ¡Practiquemos la música!
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA